viernes, 18 de junio de 2010

EUFEMISMOS Y METÁFORAS HOMOSEXUALES

Eufemismos y metáforas homosexuales
El discurso del siglo XXI

Estamos acostumbrados a no decir por su nombre las cosas, los actos, las ideas, creamos conceptos que definen conceptos y que terminan elaborando un discurso un poco más complejo que sencillo, pero más entendible como un segundo código que el sector homosexual comprende.
A menudo la gente se conoce, o llega al menos, a un primer acercamiento de manera virtual, en redes sociales, en páginas de exhibición de perfiles o chats; esto lleva a sus internautas a elaborar un discurso que venda. Es una elaboración inconsciente de la mercadotecnia que se ha impuesto por sobre todas las cosas entre el comprar y vender.
Se leen desde perfiles con tintes elegante hasta guarros, aquéllos de describen una relación madura y aquéllos que buscan sólo pasar el rato. Todos y cada uno de ellos son aceptados por un sinnúmero de clientes que buscan satisfacer sus necesidades.
Está aquél que se compromete a no ser igual al resto, el que ofrece un cuerpo al mejor postor, el que busca una amistad que conlleve algo más, el que busca menores o mayores de edad, según la legalidad de la situación; el que desea compartir la ciudad entera y el que desea compartir sólo un fragmento de ella: tu espacio o el mío.
Sin embargo, en cada uno de estos discursos siempre se entredeja ver la otra realidad, la necesidad de ser aceptados por los demás. Está el que es discreto y tiene fotos de su cuerpo desnudo cual flor abierta al sol, pero sin rostro, y pide discreción ante todo. El casado que busca a oscuras y a escondidas el placer del placer; el que muestra un rostro que ha hurtado de alguien más; el que sin pena ni gloria tanto muestra su cara como su cuerpo, ya sea desnudo o cubierto, y que busca el amor o sólo sexo.
Hombres jóvenes y viejos, hombres gordos y delgados, hombres con cuerpos perfectos y otros imperfectos, hombres feos y bonitos, hombres emo, hombres cholos, hombres afeminados y hombres varoniles. Hombres que al final de cuentas buscan hombres.
El sector es muy amplio, hay una gama infinita para elegir. Es como ir al supermercado y buscar la fruta más apetitosa en cualquiera de los sentidos, la mejor a la vista; lo mismo ocurre, lo mejor a la vista, ya sea en una imagen o en un discurso. El primer intercambio de palabras se da, por lo general, con un saludo, porque ante todo, no dejan de ser educados. Los más cautelosos y tranquilos, preguntarán a qué se dedican, cómo se llaman, qué edad tienen, etc. Los más urgidos y aventados preguntarán por el tamaño del miembro, por el rol sexual en la cama; preguntarán si tienen lugar o habrá que rentar motel.
Algunos llegan a un segundo nivel, que puede ser, en el primero de los casos, la dirección de correo electrónico para continuar “la conversación”.
Los segundos, lo más probable, si todo marcha bien, preguntarán por el número telefónico. Cada quien a su paso y a su estilo, a la medida de sus necesidades.


LOS EUFEMISMOS

“Manifestación suave o decorosa de ideas cuya recta y franca expresión sería dura o malsonante”. (RAE, 2010)

Eufemismo 1: similar por una sola categoría, sexo masculino.
Busco hombres similares, se anuncian como tal, pero no sé sabe en sí qué significa para ellos SIMILAR, lo más probable es que se refiera a ser HOMBRE, porque a continuación describen: delgado, varonil, buen cuerpo, sin malos rollos, pero su imagen dice todo lo contrario: hombre no delgado, no varonil, no de buen cuerpo y con una cara de pocos amigos.

Eufemismo 2: una loca por afeminado.
Existen también hombres que en su mente se creen mujeres, que creen que por el hecho que les gusten los hombres ya les da derecho a comportarse como mujeres. Aunque ni la voz, ni el movimiento se conoce en una imagen o en un discurso, el internauta logra identificar en ésta aquellos códigos que indican ser afeminados: la pose, la ropa, el tipo de foto.

Eufemismo 3: sin compromisos por “coges y te vas”.
Hay aquellos que no buscan una relación estable, sólo pasar el momento, un buen faje, una caricia urgente, un rato de placer, un buen sexo. Pero que muchas de las veces terminan enamorados desde el primer contacto.

Eufemismo 4: amigos por personas de moral ligera.
Estos son los más interesantes de las páginas, buscan sólo amistad pero muestran fotos desnudos, y hay una serie de requisitos físicos para poder acceder a ellos.

Eufemismo 5: activos o pasivos por te cojo o me coges.
En estos últimos hay una variedad de ambigüedades, los que muestran en su perfil fotos de penes erectos con categoría de ser pasivos, o los que muestran el culo al aire con categoría de ser activos.

Al final de cuentas, los eufemismos y los discursos no tienen validez alguna, lo que hay y lo que se ve es lo que se vende.

LAS METÁFORAS

“Consiste en trasladar el sentido recto de las voces a otro figurado, en virtud de una comparación tácita”. (RAE, 2010)

Cuando cualquiera de los comensales logran entablar algún tipo de diálogo un tanto más “profundo” las metáforas del discurso comienzan por ser elaboradas. Busco alguien que sea honesto, que me quiera, que sea lindo, etc., cuando la mayor de las veces en realidad buscan aquél que sea un cabrón que les haga ver su suerte, alguien con cierta indiferencia que le haga seguir buscando más en el otro, aquéllos que con desprecio y cierto grado de soberbia ven con desdén al otro sabiendo que pronto, más de lo que se imagina, caerá rendido.
Las hay desde esas metáforas que reflejan un sentimiento profundo hasta uno banal. Desde el que busca un buen rato de charla, como el que busca un buen sexo; desde el que busca un novio hasta el que busca encontrar la imagen del padre que no tuvo; desde el que busca un amigo, un psicólogo, un confidente, hasta el que busca sólo un depósito para tirar toda su basura emocional.

Todo es un doble discurso, un discurso que se elabora muchas veces sobre la marcha, o uno que se elabora previamente para cada uno de los participantes en turno. Los hay como en paletería: de todos olores y sabores. Pero al final de cuentas la gente juzga desde la experiencia. Hemos aprendido a formar prejuicios que ya conocemos y los damos por hechos; ha entender y esperar un doble discurso que subyace en la imagen linda que dibujan.

No hay manual para relaciones interpersonales, mucho menos de tendencia homosexual, cada quien va armando su propio librito de consulta y logra identificar a un tipo igual que a otro tipo. Mientras tanto la estadística crece, incrementa en valor y en potencia, porque se reduce la importancia que va más allá de una relación homosexual, sino a una relación social. Cada quien aprende a defenderse de este submundo donde ni la razón, ni la cultura, ni la educación perdura. Cada homosexual es un mundo, cada mente es una distinta, pero curiosamente todos, absolutamente todos, buscan lo mismo: saciar una necesidad.

jueves, 4 de marzo de 2010

LA OTREDAD LOS SILENCIOS DEL MIEDO

Es común encontrarnos con gente que no sabe decir la verdad, que no entiende el valor de hablar y expresar lo que siente, aquellos que no se atreven a decir verdades falsas, falsas verdades, o sólo verdades.

¿Por qué la gente teme hablar?

A menudo vamos por la vida expresando lo que somos de alguna manera u otra; algunos lo hacemos con detalles, otros con palabras, a través de un poema, una canción, un cuento; otros a través de un abrazo, un beso, una mirada, un apretón de manos. Sin embargo, cuando implica el sentimiento la gente acostumbra a callar, a no responder, a no saber qué decir, porque por lo general sólo pensamos en hacer sentir bien al otro y preferimos callarnos.
Es común que en los funerales demos un abrazo y no haya necesidad de palabras, pero ahí está la expresión máxima de "estoy contigo". Un apretón de manos cuando admiras a alguien por lo que es, por lo que hace. Cuando llegas a un sentimiento mayor, llámese de amor, algunos nos atrevemos a escribir cosas que quizá otros llamen cursilerías: poemas, cuentos, canciones. La expresión del sentimiento en cualquiera de las situaciones, siempre, como mínimo, esperas una respuesta que vaya más allá de un simple "gracias", y por lo general la gente termina en silencio.

¿Cómo debe uno interpretar eso?, ¿el que calla otorga?, ¿la prudencia ante todo?, ¿es mejor no saber lo que puedan decir porque sabes que te podrá herir cuando no eres correspondido? y cuando lo eres, ¿estás dispuesto a escuchar algo que no esté a tu nivel de máxima expresión?
No, en realidad sólo buscamos una respuesta, la más honesta, la más sincera, una que te deje satisfecho sabiendo que has hecho lo correcto en expresar tú lo que deseas.

Afortunadamente hemos nacido bajo una lengua madre que es exquisita en todos los sentidos, un vocabulario donde puedes encontrar las palabras adecuadas para decir lo que sientes en ese momento, cuando el otro sufre una pérdida, cuando te alegras por alguien, cuando admiras a ese alguien, cuando te declaras todo en amor hacia el otro, cuando tu amigo llora y cuando tu amigo ríe. Pero es común que nos callemos cuando algo nos ataca el sentimiento, es decir, cuando la muerte de ese ser querido llega a su vida, no sabemos qué decir, y utilizamos las frases establecidas de la sociedad: "estoy contigo; lo siento; te acompaño en tu pérdida; etc."
¿Qué sucede cuando le declaras tu amor a ese alguien? Incluso muchas veces cuando sí eres correspondido la reacción del otro será instantánea y dirá lo mismo que tú pero con sus palabras, el otro se expone y expresa lo que también siente. Y qué decir cuando de igual manera te declaras ante el otro y expresas tu amor, tu sentimiento a sabiendas de no ser correspondido y lo único que esperas es eso, que te digan a los ojos que no lo eres, pero no, todo termina en silencio, la gente calla. Callamos por miedo a herir el sentimiento del otro, pero, ¿que lo más correcto no sería expresar lo que NO sientes, lo que NO quieres, lo que NO te mueve?
Nos da miedo hablar y expresar contrario a lo que el otro siente y preferimos buscar en el silencio las palabras perfectas que el otro pueda imaginar, pero no nos damos cuenta que esos otros no son adivinos, que no llevan un turbante aunque tengan toda la apariencia.
El lograr utilizar las palabras y saberlas utilizar adecuadamente, lamentablemente no es para todos. Es curioso ver que somos hispanoamericanos que no sabemos emplear el discurso apropiadamente, no sabemos ni cómo, ni cuándo, ni qué decir.

¿Por qué les cuesta tanto trabajo a los otros expresarse?
Razones habrá muchas, pero la más grande de todas y la que más repudiamos muchos de nosotros es el miedo, miedo a no querer decir las cosas y preferir callar. Ese miedo no es más que un simple mecanismo de defensa.
Regreso al evento donde uno le expresa al otro, que no le es correspondido, su amor, siempre es grato y agradable saber que existe alguien que exprese maravillas de ti y por ti, nos gusta sentirnos queridos por otros, aunque no sea de nuestro total agrado, aunque no nos llame nada la atención del otro. Hablar en su momento y decir: no te puedo corresponder, no me interesas, no quiero nada, no busco nada contigo, etc., es difícil porque estás esperando seguir siendo el objeto de deseo, se llama ego, preferimos callar y que siga vertiendo su sentimiento en nosotros aunque no nos diga nada respecto al otro, aunque nunca podamos sentir lo que siente. Se prefiere que se siga inflando el ego y que continúe con sus cursilerías porque al final de cuentas, si estás solo, sabes que al menos en el mundo hay alguien que te expresa lo que siente por ti. Es una forma muy cómoda y muy egoísta, porque el que sí expresa se queda con la incógnita de lo que hay en la mente del otro. Lo único que ocurre es que terminamos por expresar ese sentimiento, lo asilamos, lo oprimimos, lo calcinamos y confinamos a lo más profundo de nuestro corazón para no volverlo a expresar. Si el otro es un poco más inteligente sabrá que habrá perdido la dicha de escuchar cosas sinceras, de escuchar y sentir un sentimiento puro y gratuito que no busca nada, sólo unas palabras de alivio, unas palabras honestas. Lamentablemente sabrán que ha dejado de ser ese objeto de deseo y que ahora están como antes, solos, esperando que aparezca otro, y de preferencia el que sí sea correspondido para volver a escuchar unas palabras amables.

Cuando algo nos agrada lo decimos, de alguna manera u otra, hagamos lo mismo cuando algo no nos agrade, y digamos lo que realmente sentimos, es preferible saber lo que pensamos a imaginar lo que no pensamos y nunca decimos.

sábado, 30 de enero de 2010

APENAS COMIENZA LA HISTORIA

A Elizabeth, Lizeth, Monserrat,
Isis, Ernesto, Eduardo, Ramón,
por haber sido mis alumnos,
por ser ahora mis amigos,
y por llegar a ser mis grandes amores.

De pronto se vuelve difícil escoger las palabras adecuadas para un evento de este tipo, y es que ya todo está dicho, las felicitaciones furtivas de los que los quieren, los maestros que ovacionan su triunfo y los otros que se liberan finalmente de ustedes; los padres orgullosos al ver a sus hijos convertidos en seres conscientes, los amigos que nunca dejaron de estar ahí ya fuera para apoyarles o para esperarles en alguna fiesta al terminar con obligaciones académicas. Hoy me tocó a mí, me eligieron como padrino de graduación del grupo de Negocios Internacionales. Es para mí un gran orgullo poder estar esta tarde compartiendo este momento con ustedes mis alumnos, ahora mis amigos; verles que emprenden un viaje a una realidad que deberán construir con lo que cada uno de ustedes son.
El mundo allá afuera necesita gente comprometida, gente que sepa romper las estructuras de un sistema arcaico y muchas veces ya deficiente, necesita gente joven, decidida; gente que sea capaz de ver por la realidad social que nos acontece y gente comprometida con querer cambiar un México por un país que el futuro de sus hijos sea cierto. Afortunadamente creo yo, y creemos cada uno de nosotros que fuimos sus maestros, que ustedes son los emprendedores de ese mañana, que los hemos visto esforzarse a llegar a un término de una carrera con la satisfacción de haber cumplido hasta el final. Un buen alumno no se mide en promedio académico sino en el saber dar respuesta a los problemas que nos rodean día a día.
Hay un mundo allá afuera que no está tan alejado de lo que a cada uno de ustedes les toca vivir en su entorno, pero ya no depende de la sociedad en la que viven, depende de ustedes, los forjadores del futuro que le pueden dar a México su ejemplo. El futuro que desean construir para sus hijos. Nada finaliza aquí, nada en absoluto, todo apenas, ahora, comienza. Comienza ese trabajo fuerte, esas ganas de superación que no termina con sólo una licenciatura, hay mucho que dar, hay mucho que aprender aún, pero sobre todo hay mucho por hacer y la sociedad los espera.
Cada cuatrimestre, cuando me toca impartir la materia en tronco común y les veo por primera vez, siempre les hago la misma pregunta: “¿Cuántos de ustedes, levanten la mano, creen que México será mejor en 10 años?” difícilmente pocos logran levantar la mano, y la mayoría comienza a lamentar todo lo que existe. Hasta que llega un punto en que les digo: Todos aquellos que piensen que México no puede ser mejor en 10 años, tienen razón, felicidades, pero ustedes no tienen nada que hacer en esta escuela. La única razón que tienen es la de ser mediocres.
Aquellos que levantaron su mano, y tienen la esperanza, por lo menos, de anhelar un futuro mejor para México, están en el lugar indicado, bienvenidos a esta su escuela. Ahora con gran alegría los veo aquí, aquellas manos titubeantes pero algo decididas que fueron alzadas, los veo aquí, veo a mis alumnos, veo un futuro mejor para México. Necesitamos gente preparada, gente que domine a la ignorancia y sepa ser Humano.
Necesitamos, a pesar de todas las adversidades que nuestra sociedad presenta, que ustedes sean aquellos que den la mano al que sigue. Sólo me resta decirles, rompan las estructuras, destruyan los estereotipos, remuevan clichés y construyan una sociedad mejor, donde todo tenga aún mayor sentido. Esto cobra para mí, el sentido de ser maestro, ustedes me otorgan el título, y ésta es la máxima manifestación de saber que estoy haciendo las cosas bien, al verles ahora aquí como nuevos profesionistas.

Detrás de un buen alumno hay un buen maestro, sin embargo, me atrevo a modificar y decir: Detrás de un buen maestro están ellos, están ustedes mis alumnos que me hacen estar aquí agradeciendo su existencia en mi vida y agradeciendo ser parte ahora de ustedes.

Felicidades!

NO ME HAGAS UN HÉROE

No me hagas un héroe
ni menciones mi nombre en la historia.
Si levantaras monumentos,
nombraras calles, salones, edificios;
si contaras a los tuyos mis hazañas
no me hagas un héroe.

Si mi foto apareciera en portadas de libros,
llaveros, paredes, te pido no ser un héroe.

Si habrías de rendir homenajes
guardar minutos de silencio,
soltar palomas en mi aniversario,
gastar coronas de flores en mis tumbas
no me hagas un héroe.

Pero si te interesara seguir mis ideas locas,
mis luchas;
si pretendieras combatir al frente,
si alzaras la voz contra la injusticia
y portaras mi ideal como estandarte entonces,
sólo entonces y sin mencionarme
atrévete a crear héroes reales con la fuerza,
la voz, la calma,
y proponte un sol para aquellos
que buscan una luz, un sendero.

Así sólo así sé tú mismo encontrándote en los otros
Sé tú mismo guía permanente
y vuélvete héroe
el mejor de todos
sólo así podrás nombrarme
sabiendo que he creado gente capaz de ser humanos
héroes capaces de dar la vida por otros.

Si entre penumbras tu luz me has dado
con la luz resplandeciente de tu heroísmo
habré de nombrarte en cada letra de mis poemas
con tu nombre grabado.

No me hagas un héroe
si aún no he logrado que tú seas el mío.

Discurso de graduación CESUN 2010 Carrera de Negocios Internacionales.
Padrino de graduación: Abyss Borboa-Olivera