domingo, 27 de julio de 2008

Después de un corto viaje

Al regresar de un corto viaje, mientras venía de regreso me hacía un sinnúmero de cuestionamientos sobre la soledad o la compañía, ¿qué puede ser más horrible la soledad de los solos o la soledad de los juntos?

Por un lado la soledad de los solos es aquella que aprendes a respetar porque no te queda ninguna alternativa, aquella que le conoces y te conoce y que sabes que por más que te esfuerces no queda en ti seguir sin compañía. Es muchas de las veces un tanto inevitable pero a la vez es poderte resignar al momento en que te encuentras solo. Me refiero a esa soledad donde buscas a un alguien, no a la soledad sin familia, amigos, compañeros, esa soledad sale sobrando porque sabes que bien o mal alguien más puede estar para ti incondicionalmente, me refiero precisamente a la soledad de ese amor que no está. En cambio la soledad de los juntos, considero que es un tanto mas patética porque sabes que alguien más está en tu casa físicamente llámese pareja, amante, novio. Cuando el ser humano se siente solo es lo mismo que sentir un vacío, algo que no complementa esa parte que te hace falta. La soledad de los juntos, aún sabiendo que están ahí y te sientes solo es un tanto peor que la soledad de los solos, porque de alguna manera u otra sabes que aunque esté ahí no lo esta para ti, no lo está para llenar ese vacío. El ser humano busca lo compañía para no sentirse olvidado, es necesario, al menos por ego, sentirse protegido o protector; sentirse que algo más existe en es instante en que necesitas de alguien. La soledad de los solos te hace no perder la esperanza de que alguien llegará, en cambio la soledad de los juntos, entiendes un tanto inevitable la situación de que ha llegado, está ahí sin estarlo en sí.

Todo es cuestión de egoismo, eso que la religión tanto sataniza pero que es lo que realmente mueve a mundo. No es sino por egoismo que buscamos al otro que complemente nuestras vidas, no es sino por egoismo que decide la gente casarse y tener hijos, no es sino por egoismo que tenemos amigos. El egoismo es una virtud que no todos logran reconocer como parte medular de la vida humana. Si yo no necesitara a nadie en mi vida no buscaría con quien compartirla. ¿Por qué el hombre o la mujer buscar una pareja? ¿Por qué llega a interesarse en alguien más? Por egoismo, porque ese hombre esa mujer piensa que el otro podrá ser parte de SU vida, (pensamos en nosotros mismos) y, así, el egoismo lleva al ego a ser lo que mejor podemos ser, aunque muchos mediocremente sólo sean lo que vino en su momento.
Dice el librito maravillosamente mitológico que el amor no es egoista, pero claro que lo es, necesita serlo, el amor no existe si no es porque uno mismo lo desea, lo inventa, lo elabora, lo construye. El amor necesita ser egoista para poder lograr el objetivo que deseamos. Yo quiero a, yo deseo a, yo amo a, ese YO constituye el paradigma psicológico del EGO, de YO, de la esencia, no es a partir de mi deseo, de mi querer, de mi amar que no puedo llegar al otro y éste a su vez a mí. Es una dialéctica, un alfa y un omega, de ahí depende que la relación sea o no fructífera, depende del egoismo de los dos, entre mayormente seamos egositas en pareja, lograremos alcanzar una compenetración más abundante, porque mi egoismo mueve el egoismo del otro y viceversa

Pensar en un mismo es ser egoista, pero si no pienso en mí primero ¿cómo puedo darme al otro y cómo el otro puede darse a mí? es una cadena, no que ata sino que une. Es por eso que la soledad de los juntos es más cabrona porque no logramos ser lo sificientemente egoistas para dar y recibir lo mismo que ofrecemos. Ya en su momento hablaré de cómo todo lo que damos lo damos con base a tazas de medición, todo lo estamos midiendo, esperando una reacción a cada cosa que entregamos. Es como la levadura en la harina, podemos dar todo un kilo de harina pero siempre agregamos una pizca de levadura que sabes te dará algo que hará crecer lo que diste. Por lo pronto en este corto viaje de regreso sólo quiero dejar esa idea de las soledades y les dejo con una cita de una de mis autoras favoritas, Luisa Valenzuela:

"Hasta las matemáticas se equivocan porque en lugar que una soledad más otra soledad sumen dos soledades, sólo hacen una soledad más grande."
(Hay que sonreír, Luisa Valenzuela)

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